Branders desconocidos

“Branding, ¿negocio o pasión?»

Suena el despertador. Son las siete. Por el rabillo del ojo intuyo que hoy también llueve. No es una novedad pero siempre es más latoso conducir bajo el aguacero. En fin, ducha para despejarse y un café intenso reactiva la cabeza. Aunque, a decir, verdad, no es muy necesario. Llevo días sin poder evitar estar constantemente pensando sobre la visita de hoy. No es temor, ni siquiera dificultad en apreciar los pasos idóneos a realizar en el proyecto que iniciamos hace unos meses con esta empresa. Tampoco quiero decir que sea coser y cantar; simplemente que estudiando la trayectoria de la firma, el estado actual de la misma, sus capacidades y el potencial de sus productos y servicios en la realidad del mercado actual, sé que se podría acometer la estrategia que hemos planteado, eso sí, con esfuerzo, tesón y constancia. Y, ahí está el dilema, en la capacidad de la empresa, es decir, de sus integrantes, de las personas, de comprender qué significan estas tres palabras claves.

Markel se ha despertado. Su repetida llamada, me saca de mis pensamientos. No puedo dejar de sentir una punzada de culpabilidad por no haberle escuchado y atendido desde su primer lamento. Me ocurre en ocasiones. Sé que soy así. Me sumerjo en los pensamientos que me abstraen en ese momento y desconecto involuntariamente de la realidad que me rodea. Ya me dice ella, «el trabajo en horas de trabajo». Pero es que si fuera trabajo al uso, no estaría ahí.

Conocer las empresas es una aventura. Observar cómo funcionan, por qué nacieron y por qué siguen vivas, es intentar comprender el comportamiento humano. Especialmente en las pequeñas o medianas empresas (las pymes) cuyo origen habitualmente familiar, ofrece características todavía más particulares, más humanas, si cabe. Ser partícipe de ellas durante los procesos de cambio, se convierte en la mayoría de los casos en gestas heroicas.

La empresa refleja con absoluta transparencia la cultura de un entorno, sus códigos de funcionamiento y una cualidad universal, la resistencia constante (en mayor o menor grado), al CAMBIO.

Ya he pasado los 40 y son muchos los años de trabajo, aprendizaje, esfuerzo, ilusión, también por qué no decirlo, desilusión. Ultimamente, me pregunto demasiadas veces qué me hace seguir este camino. Si es ya es difícil asimilar en uno mismo los procesos de cambio y tomar decisiones al respecto, hacerlo con colectivos de diferentes ámbitos, actividades, etc. parece misión imposible.

Pero no puedo evitarlo. Mi espíritu me empuja a CONSTRUIR con mayúsculas. Cuando entro en una nueva empresa, me propone una aventura; de manera, casi inmediata, mi cabeza comienza a registrar datos, comportamientos, visualizar oportunidades y caminos para materializarlas. Evolución, experimentación, emoción. El tiempo, es decir, la experiencia, me ha enseñado a añadir dentro de estas valoraciones, la de saber dónde es más factible acometer la acción. Porque sí, al igual que ocurre con las personas, hay empresas que nunca divisarán sus posibilidades reales de crecimiento o mejora y esto, resulta frustrante.

Afortunadamente, el mundo es grande y diverso. Sé que la reunión de hoy es importante. Llevamos meses trabajando con esta compañía que, sin darse cuenta y a pesar de las iniciales reticencias, ya caminan sobre un camino nuevo, juntos (unos días más que otros) y han comenzado a apreciar resultados, también económicos, aunque curiosamente los que más les motivan son los que reflejan que sus receptores aprecian más la empresa que antes. La reunión de hoy es importante pero, en realidad, no lo es en absoluto. La experiencia me ha enseñado que no sirve de mucho que el resultado sea aparentemente óptimo, es decir, que se acepten las propuestas presentadas si, en realidad, no creen en ellas. Lo que sí es importante, es que tanto yo como los que trabajan conmigo, sigamos manteniendo el mismo grado de compromiso e ilusión con nuestro hacer, creyendo firmemente en ello.

Y, ahora, lo primero, es lo primero. Markel me quiere contar su sueño de esta noche.

Cabo de Marcas

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *