CONSEJOS DE CABO: Help, ¡ha caído el servidor!

«Trabajo que no se ve, corazón que no siente»

¡Y qué gran verdad es esta! La evolución de la comunicación digital ha provocado una revolución en los recursos a los que debemos recurrir para comunicar nuestros valores, nuestra marca, nuestros productos. Estos nuevos recursos también han supuesto un giro radical en la manera de relacionarse con el receptor, el cliente o el interesado.

Hasta aquí está todo claro. A estas alturas, no creo que haya contado nada que no sepamos todos. Las marcas, y más concreto las pymes, forman ya parte de un entorno, el digital, en el que, en general, presentan una website y los diferentes canales sociales que en cada caso se hayan definido en la estrategia de marca. Pero, detrás de eso que todos vemos en la red, existe un mundo paralelo, un mundo matrix, en el que millones de códigos hacen posible que la información sea dinámica y variable. Y no me estoy refiriendo exclusivamente al programador que configura los parámetros informáticos de la web. Qué va. Esto va mucho más allá. La verdadera red se construye por las relaciones invisibles entre SERVIDORES, HOSTINGS, BASES DE DATOS, ACELERADORES, NUBES O CLOUDS, LENGUAJES JAVA, ACTUALIZACIONES, MIGRACIONES y un sinfín de palabras que soy incapaz de recordar.

Todo eso no funciona por sí sólo. Es el mundo paralelo que hay que vigilar y que, muchas veces, suponen una inversión de horas de trabajo y auto-formación (porque esto no se para y está en constante proceso de cambio), que no se ven y, como no se ven, no se entienden como trabajo. ¿A qué me refiero?

¡SE HA CAÍDO EL SERVIDOR!¡LA MIGRACIÓN  NO FUNCIONA!

Pues es muy sencillo. No son ni una, ni dos ni tres, las veces que ocurren cosas como ésta, que el servidor se cae. ¿Qué significa? Simplemente, se accede a una website y ésta no se ve. Aparece una pantalla en blanco, gris o con una carita de pocos amigos.
¿Qué ha pasado? Pues nada más y nada menos que la máquina que sostiene la web, ha fallado. No se ven, pero existen.
¿Qué hay que hacer? Generalmente, dentro de las pymes no suele haber especialistas en estas lides así que lo primero es contactar a quien haya desarrollado la web. En muchos casos, nosotros.
¿Qué hacemos nosotros? Siguiendo un protocolo habitual, antes de tomar decisiones importantes, se realizan comprobaciones básicas como comprobar la conexión a internet, comprobar si la conexión falla en uno o en muchos sitios. Si el fallo no es de internet, el siguiente paso es contactar con el servidor; ese ENTE oscuro y abstracto que no sabemos muy bien dónde ni cómo está. Bromas aparte, es el momento de abrir un ticket y trabajar con ellos mano a mano.

En estos casos, el progreso de la situación varía mucho según el nivel del servicio del servidor. Los hay más eficaces y amables y los hay impresentables e incompetentes (lo siento, los hay en todas partes). Pero, no es conveniente quedarse de brazos cruzados mientras recibimos una respuesta del servidor. Es más, si esa es nuestra postura, es posible que lo siguiente que caiga sea la relación con nuestro cliente.

Como digo, toca remangarse y ver cuál puede ser el origen del problema. Somos los creadores de lo que está en la red de esa marca por lo que podemos saber más que el propio servidor sobre todo lo que vamos haciendo en su «sitio». ¿Dónde pueden encontrarse los problemas?:

– En la programación
– En el dominio o en las DNS
– Problemas de programas instalados
– Problemas de virus
– Problemas de mantenimiento
– Problemas de acceso
– Largo etc.

Cualquiera de estas cosas que sólo leerlas suena mal, ocurren mucho más a menudo de lo que parece. Si lanzamos una web al espacio virtual y trabajamos sobre ella, dad por hecho que, tarde o temprano, cualquiera de estos problemas o varios de ellos, ocurrirán.
Y, ¿quién es capaz de enfrentarse y salir airoso? Ya os adelanto que yo no.

Para gestionar problemas relacionados con caídas de servidor o migraciones de webs, por ejemplo; no sólo hay que tener conocimientos sino que hay que dedicar horas. Horas que son pocas veces valoradas. Es un territorio nuevo al que no estamos acostumbrados y que cuesta entender. Pero, por ponerlo fácil, la gestión de «averías en la red» es como la de un mecánico con el coche. Cuando necesitamos el coche y nuestro mecánico de cabecera nos lo arregla para tenerlo a punto al día siguiente, nos sentimos tan aliviados que le daríamos besos. Pues imagina si vendes a través de la web y te quedas sin ésta más de una semana…¡querrás que le toque la lotería al especialista! Así que, ¡vivan los nuevos mecánicos del futuro!

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